La situación del empleo en España ha generado un amplio debate entre sindicatos y gobiernos, especialmente al cierre del año 2024. Aunque se ha reportado que el país culmina el año con cifras positivas en términos de empleo, aún persisten desafíos significativos que requieren atención inmediata.
Desigualdades y retos en el mercado laboral
La Unión Sindical Obrera (USO) ha subrayado que, a pesar de los 2.560.716 parados y 21,3 millones de afiliados a la Seguridad Social, las desigualdades son palpables. Joaquín Pérez, secretario general de USO, enfatiza que hay una «necesidad de políticas de empleo específicas» para abordar las brechas de género, la inclusión juvenil y la diversificación de las economías regionales. Es un llamamiento a la acción que pide al gobierno ser más ambicioso en la calidad y cantidad de empleo, dejando atrás las peores cifras en Europa.
Además, Pérez ha observado que, a pesar del crecimiento en la contratación, todavía hay una falta de estabilidad en el empleo, especialmente en sectores cruciales como la industria y la construcción. En diciembre, se registró una disminución de empleo en estos sectores, con un aumento de 875 personas en el paro de la industria y 4.396 en la construcción.
Contratos laborales y temporalidad
La problemática de la temporalidad en los contratos laborales es otro punto que merece atención. En diciembre, los contratos temporales representaron el 63,05% del total, frente al 36,95% de contratos indefinidos. Aunque ha habido un incremento del 5,42% en los contratos indefinidos en comparación con diciembre de 2023, la “temporalidad sigue siendo predominante”.
Esto plantea una pregunta importante: ¿cómo puede el país avanzar hacia un mercado de trabajo más estable? Joaquín Pérez destaca que la creciente cantidad de contratos a tiempo parcial, que han aumentado un 6,38%, así como el 10,36% en los contratos fijos discontinuos, exacerban la falta de estabilidad. Esta situación resalta que, a pesar de los avances, aún se depende de una estructura laboral que es altamente vulnerable.
Impacto en diferentes sectores
Los sectores de la agricultura y los servicios han dado pasos hacia una reducción del desempleo, especialmente con una disminución de 21.408 desempleados en estos ámbitos. Sin embargo, Pérez advierte que estos sectores son susceptibles a la estacionalidad y la precariedad laboral. La realidad es que, aunque las cifras pueden parecer alentadoras, la calidad del empleo continúa siendo un problema.
El secretario general de USO ha encontrado que la brecha en el empleo entre géneros sigue siendo preocupante. Aunque ha habido una disminución en el desempleo femenino, las mujeres siguen representando un alarmante 59,81% del total de desempleados, en comparación con el 40,19% de los hombres. Esto revela una «mayor vulnerabilidad laboral» que exige una reflexión profunda sobre las políticas de equidad en el trabajo.
El desempleo juvenil y las disparidades territoriales
Si bien el paro juvenil bajó un 5,54% en diciembre, el reto permanece, ya que este grupo enfrenta tasas de desempleo que superan las del resto de la población. Esto crea un escenario donde es crucial invertir en políticas efectivas que ofrezcan oportunidades a los jóvenes en un mercado laboral que parece no aprovechar su potencial.
Las disparidades territoriales también son evidente. Con 13 comunidades experimentando descensos en el paro y otras cuatro con incrementos, la recuperación es desigual. Las regiones que dependen más de sectores en dificultades son las más afectadas, subrayando la importancia de implementar medidas efectivas que fomenten el empleo en sectores competitivos.
Al abordar la situación, diversas voces como la de Joaquín Pérez piden un replanteamiento de las políticas a largo plazo. “Nuestro país debe ser más ambicioso para 2025” ha afirmado, instando a poner en marcha grandes políticas que puedan transformar de manera duradera el modelo productivo.
La conclusión es clara: a pesar de los avances, la realidad del mercado laboral en España necesita cambios significativos para abordar la temporalidad, las desigualdades y las disparidades regionales. La necesidad de una estrategia cohesiva para garantizar un futuro laboral más equitativo y sostenible se torna urgente.