El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, ha manifestado su preocupación por lo que prevén como un año de «incertidumbre» para el colectivo. En concreto, ha destacado que el aumento de los costes impactará a tres de cada cuatro autónomos en 2024, generando un clima complicado para el desempeño de sus negocios. Según un reciente Barómetro de ATA, estas preocupaciones se centran en los costes tanto financieros como de producción o energéticos.
Previsiones de crecimiento en la afiliación al RETA
A pesar de las dificultades, las estadísticas muestran un panorama de crecimiento moderado. Amor ha indicado que se espera que la afiliación al RETA crezca en torno a 20.000 autónomos más en 2025, impulsada por un pronóstico de aumento del 2% en el PIB. «Nuestras previsiones son que el PIB crecerá en torno a este porcentaje, con una inflación moderada y un leve incremento en el empleo», ha afirmado. Sin embargo, el presidente de ATA también ha significado que el apoyo a las pequeñas empresas es crucial para un crecimiento más robusto.
Desafíos que enfrenta el colectivo de autónomos
Los autónomos no están exentos de enfrentar desafíos significativos. Un sorprendente 25% del colectivo aseguró haber pasado por momentos muy difíciles en 2024, y lamentablemente, la mayoría de los autónomos ha cerrado el año en las mismas condiciones que en 2023, sin poder superar los resultados. Según Amor, «esta situación podría haber mejorado sin la incertidumbre, la súper regulación y el aumento de costes».
Es preocupante también que esté disminuyendo el número de trabajadores en empresas pequeñas, muchas de las cuales tienen solo uno o dos empleados. Esto indica que los sectores tradicionales, como el comercio, la industria, la hostelería y la agricultura, siguen perdiendo autónomos vitales para la economía local.
La desconexión entre grandes empresas y autónomos
Amor se ha hecho eco de la desconexión que existe en el mercado laboral entre grandes empresas y autónomos. Aunque las cifras de empleo muestran un crecimiento a lo largo del año, este crecimiento se concentra en las grandes corporaciones que tienen la capacidad de adaptarse a los cambios reglamentarios y asumir los costes. En contraste, el resto del colectivo autónomo está enfrentando un aumento en la pérdida de empleo y una creciente presión económica.
«Estamos inmersos en un entorno complicado y el autónomo necesita certidumbre, lo mismo que los inversores», ha enfatizado Amor. Cambios en el comercio con EE.UU., la inestabilidad en Oriente Medio y el clima político en Europa complican aún más la situación.
El futuro inmediato para los autónomos
Amor ha expresado que 2025 se verá marcado por un freno en la economía. Las previsiones indican que las cifras del RETA podrían quedar por debajo de las actuales debido a ajustes que algunas empresas ya han anunciado. «Algunas están regularizando a parte de sus autónomos como trabajadores por cuenta propia», ha añadido. Esto podría significar más presión sobre quienes se mantienen en el sistema como autónomos.
El presidente de ATA ha instado a las autoridades a reconsiderar su enfoque regulatorio. «Debemos hacer una política fiscal con menos voracidad recaudatoria y recortar gastos como hacemos todos», ha propuesto. La digitalización y el relevo generacional son aspectos que, según él, necesitan ser priorizados para la supervivencia de unos 50.000 comercios que están en riesgo, muchos de ellos en áreas rurales.
Un llamado a la acción
Las estadísticas son claras: bajar impuestos podría traducirse en un aumento en el número de declarantes, mientras que subirlos podría ser la solución fácil, pero no necesariamente la valiente. Amor ha finalizado con una declaración contundente respecto a las políticas necesarias: «apostar por la creación de empleo debe ser nuestra prioridad».
La situación actual requiere una atención especial hacia el colectivo de autónomos, quienes, sin duda, son vitales para la economía española. Así que, ¿qué esperar en el futuro? Los desafíos son enormes y las soluciones, más que nunca, son urgentes. Al final, como bien señala Amor, «si hay estabilidad, es bueno para todos».