Sumar ha presentado una propuesta en el Congreso de los Diputados con un objetivo claro: promover una Carta Global de Derechos laborales que garantice un mínimo de derechos para los trabajadores en todo el mundo, independientemente del país en el que las empresas multinacionales operen. Ello implica que gigantes como Tesla, Amazon y otros actores de renombre no podrán eludir sus responsabilidades laborales dependiendo de la jurisdicción.
Propuesta de una Carta Global de Derechos laborales
A través de una proposición no de ley que ha sido presentada para su evaluación en el Pleno, Sumar busca tocar las fibras de la conciencia laboral colectiva. La iniciativa, firmada por Aina Vidal, portavoz de En Comú, está diseñada para «empoderar a los y las trabajadoras y a toda la sociedad». Pero, ¿por qué es necesaria esta Carta Global?
La necesidad se justifica en la creciente desigualdad y en la concentración de poder que las multinacionales están ejerciendo en el mercado. Según Sumar, hay una concentración alarmante de información, recursos y capital en manos de un selecto número de corporaciones que ostentan una influencia mayor a muchos estados y gobiernos. Este es un punto vital que no debe pasarse por alto.
Denuncias contra prácticas laborales de empresas multinacionales
Un punto centrado en la carta son las prácticas de algunas de estas empresas, como Tesla. Aquí, Sumar ha señalado un caso específico: el despido de un representante sindical en Alemania. A pesar de los esfuerzos de grupos como IG Metal, que han denunciado tácticas «agresivas» de intimidación, estas prácticas persisten. ¿Es correcto que estas empresas actúen de tal manera sin consecuencias significativas?
Pero Tesla no está sola en esta danza de prácticas laborales cuestionables. Sumar ha llamado la atención sobre el comportamiento de Amazon, citando ejemplos como la instalación de cámaras en furgonetas en Estados Unidos y las preocupaciones generadas por la recopilación de datos a través de dispositivos inteligentes como Alexa. La organización opina que estas prácticas no son solo una violación de los derechos de los trabajadores, sino también un ataque a la privacidad y la democracia.
Exigir más transparencia y responsabilidad
Frente a estos problemas, Sumar no solo propone una Carta Global, sino que también plantea que esta sirva como un mecanismo para exigir mayor transparencia y un trato más justo de estas grandes corporaciones. Este enfoque permitiría a los gobiernos y organizaciones internacionales contar con herramientas adecuadas para regular y limitar actividades que impacten negativamente a los trabajadores y a los ciudadanos en general.
La idea es construir un marco que respete los derechos de los trabajadores a nivel internacional. La creación de un suelo mínimo de derechos laborales podría ser un paso crucial no solo para mejorar las condiciones laborales, sino también para promover la igualdad y la justicia social en un mundo donde las fronteras parecen diluirse en el ámbito económico.
Colaboración con instituciones internacionales
Además, Sumar hace un llamado al Gobierno español para que busque el apoyo de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) en el marco de la Segunda Cumbre de Desarrollo Social programada para 2025. Esta acción podría ser clave para articular un tratado internacional que sea vinculante y que permita asegurar los derechos laborales de los trabajadores en todo el mundo.
La colaboración con la OIT podría proporcionar un respaldo internacional necesario y fortalecer el impacto de la propuesta. ¿Es posible que este tipo de alianzas internacionales puedan crear un futuro más justo y equilibrado para los trabajadores en todas partes?
En suma, la iniciativa de Sumar se alza como una voz importante en busca de una regulación internacional que intente frenar el abuso de poder por parte de las multinacionales y que empodere a los trabajadores. La necesidad de una Carta Global de Derechos laborales no es solo un tema de política; es una cuestión de derechos humanos fundamentales que afecta a millones de personas en todo el planeta. Es un camino hacia un futuro donde los derechos laborales sean respetados, independientemente de la geografía.