El pasado jueves, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo tomó una decisión importante al reducir nuevamente en 25 puntos básicos los tipos de interés. Con esta medida, la tasa de depósito (DFR) se posiciona en el 2,75%, mientras que la tasa de referencia para las operaciones principales de refinanciación (MRO) se establece en el 2,90%, y la facilidad de préstamo (MLF) se sitúa en el 3,15%. Sin duda, este es un movimiento clave en el contexto económico actual.
Desaceleración salarial a la vista
El indicador principal que sigue la evolución de los salarios del Banco Central Europeo (BCE) señala una marcada desaceleración en el aumento de la retribución de los trabajadores para lo que resta de año. Esto refuerza las expectativas de la entidad sobre la posibilidad de devolver la inflación a su objetivo del 2% de manera sostenible, lo que permitiría llevar a cabo nuevos recortes en los tipos de interés.
Este rastreador, que analiza el crecimiento de los salarios negociados, incluidos los pagos excepcionales, indica que los salarios aumentarán un 1,45% en el cuarto trimestre de 2025. Este incremento representa una ligera mejora respecto al 1,4% previsto hace un mes, sin embargo, está lejos del notable aumento del 5,31% registrado en el último trimestre de 2024.
Proyección de subidas salariales
De manera más específica, el BCE prevé que durante el primer trimestre de 2025, la subida salarial se modere al 4,89%, y que se sitúe en un 4,49% durante el segundo trimestre. A partir de ese momento, el ajuste será más significativo, con proyecciones de incrementos del 2,23% para el tercer trimestre de 2025 y del 1,45% en los últimos tres meses del año.
Pero eso no es todo, puesto que en términos mensuales también se anticipa una bajada pronunciada en las subidas salariales. Desde el 5,35% de diciembre de 2024, se espera que estos incrementos se desaceleren al 4,22% en junio. Posteriormente, se pronostica un frenazo considerable, con cifras de un 2,77% para julio y un 1,344% para diciembre de 2025.
El enfoque del BCE hacia la inflación
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha enfatizado en varias ocasiones que el proceso de desinflación «está bien encaminado». La moderación en el incremento de los salarios refuerza su confianza en que la tasa de inflación alcanzará el objetivo de medio plazo del 2% a lo largo de este año.
Aun sin considerar los pagos excepcionales, el rastreador salarial muestra una desaceleración que, aunque más leve, aún es notable. Se espera que las subidas salariales pasen del 4,68% registrado en el último trimestre de 2024 a un 2,96% para finales de 2025.
Implicaciones para el futuro económico
Las proyecciones de la entidad suponen un reto para los trabajadores, quienes podrían ver cómo sus incrementos salariales se vuelven cada vez más modestos en el corto y medio plazo. Esta situación podría tener implicaciones tanto para la vida diaria de los ciudadanos como para el funcionamiento general de la economía, al influir potencialmente en el consumo y la inversión.
La evolución de los salarios es un aspecto crucial para dirigir la política monetaria y, en última instancia, para la salud económica de la Eurozona. En un momento en que el BCE trabaja para controlar la inflación, resulta vital observar cómo estas previsiones impactan en la confianza de los consumidores y en la dinámica del mercado laboral.
De este modo, el escenario que se presenta es complejo. Con un entorno inflacionario que persiste y salarios que se prevén en descenso, los servicios económicos, así como las empresas, estarán llamados a adaptarse a una nueva realidad. Mantenerse informados sobre estas tendencias será clave, no solo para los analistas, sino también para todos aquellos que quieran entender el panorama económico en los próximos años.