El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha asegurado que la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, que se prevé aplicar a partir de 2026, tiene como objetivo mejorar las condiciones de trabajo de millones de personas. Sin embargo, Sordo también ha admitido que la tramitación de esta medida como proyecto de ley será «complicada» y podría tardar «unos cuantos meses» en salir a la luz, lo que genera inquietud tanto en el ámbito político como en el empresarial.
Perspectivas sobre la jornada laboral
La reducción de horas se ha convertido en un tema de relevante debate. Durante una reciente entrevista, Sordo enfatizó que el acuerdo firmado entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos mayoritarios como CCOO y UGT busca establecer una jornada laboral máxima de 37,5 horas semanales para todos, lo que resultaría en un avance significativo respecto a las condiciones laborales actuales. A pesar de la resistencia por parte de la patronal, Sordo se muestra optimista. «Es un reto importante, y aunque hay mucho temor, especialmente en parte del mundo económico, debemos centrarnos en cómo se implementará», indicó.
Sordo ha mencionado que la propuesta está diseñada para afectar a aproximadamente 300,000 personas en Euskadi, donde ya existen sectores que aplican jornadas reducidas. No obstante, subrayó que esta reforma también tiene un impacto más amplio, estableciendo una nueva norma para todos los convenios colectivos que deben adaptarse a la reducción de horarios.
El miedo al control del tiempo de trabajo
Una de las inquietudes que Surdo destacó es el temor que hay en ciertos círculos empresariales hacia el control efectivo del tiempo de trabajo. según su opinión, «mucho del miedo radica en cómo se manejará la supervisión de las horas efectivas trabajadas». La falta de cumplimiento de las normativas laborales es un tema recurrente, y Sordo considera que se deben establecer «palancas y fórmulas» que faciliten el control, dado que los incumplimientos son más extendidos de lo que se piensa.
En este contexto, las horas extraordinarias no remuneradas son una práctica habitual en muchos sectores, y Sordo insiste en que esta situación no debe ser tolerada. «Hay que aplicar las mismas normas que rigen otras áreas de nuestra vida cotidiana, como el tráfico o la seguridad ciudadana», afirmó.
Dudas sobre el apocalipsis económico
Frente a los temores de un «apocalipsis económico» relacionado con la reducción de la jornada laboral, Sordo rechaza esta idea, argumentando que se han hecho anuncios de crisis similares en el pasado que finalmente no se concretaron. «Cuando se aumentó el Salario Mínimo Interprofesional, muchas voces predecían catástrofes laborales, y sin embargo, hoy estamos ante un récord histórico de cotizantes a la Seguridad Social», añadió.
El secretario general de CCOO comparó la situación actual con otros momentos de cambios laborales significativos en el pasado, señalando que la economía ha crecido y se ha adaptado a estas nuevas regulaciones. «Las predicciones apocalípticas no han tenido fundamento, y los beneficios de estas medidas son evidentes», destacó.
La importancia del diálogo político
Unai Sordo también ha hecho hincapié en la necesidad de buscar un consenso político amplio para que la reducción de la jornada pueda implementarse con éxito. Hasta ahora, CCOO y UGT ya han mantenido conversaciones con varios partidos políticos, como el PSOE, PNV, EH Bildu y Junts, entre otros. El secretario general considera que la «impresión de las reuniones ha sido buena», y confía en que existe apertura para evaluar la medida antes de que se decida su futuro legislativo.
Sordo afirmó que es fundamental convencer a todos los grupos de «las bondades de la medida». Muchas personas, independientemente de su ideología política, parecen estar de acuerdo en que es un paso positivo reducir la jornada laboral sin afectar a los salarios. «Es razonable que la jornada laboral actual no sea la misma que la de hace 41 años«, concluyó.
Cambio en las condiciones de trabajo
La propuesta de CCOO y UGT tiene como anhelo transformar las condiciones laborales, especialmente para las trabajadoras a tiempo parcial. En este sentido, Sordo destacó que es crucial evitar que la reducción de horas suponga una absorción salarial, que perjudique los ingresos de los trabajadores. «Lo que queremos es que la reducción de la jornada no implique una merma en los derechos laborales», subrayó.
Por último, el líder de CCOO ha recordado que, con o sin una jornada laboral reducida, la lucha por mejorar las condiciones laborales debe ser continua. «Lo importante es si esta medida verá la luz, y si efectivamente contribuirá a mejorar la vida de millones de trabajadores en el país», concluyó.