Más de 350.000 autónomos afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de la Seguridad Social están considerados falsos autónomos, lo que representa cerca del 10% del total de cotizantes a este régimen. Esta alarmante cifra proviene de un análisis de datos de afiliación del RETA realizado por una organización de autónomos, que revela una situación crítica no solo para los trabajadores, sino también para la economía en su conjunto.
El impacto de los falsos autónomos en diversos sectores
Los falsos autónomos deberían haber estado bajo un contrato laboral como asalariados en lugar de registrarse como autónomos. Este fenómeno ha comenzado a expandirse más allá de los conocidos sectores, como el reparto de comida a través de plataformas digitales. Inicialmente, la problemática se centró en trabajos como los de los repartidores de Glovo, pero actualmente ha afectado a campos tan variados como la salud, la educación y la construcción.
De hecho, solo en los últimos dos años, los sectores de alta cualificación han visto cómo se sumaban más de 40.000 profesionales autónomos a nivel estatal. Especialidades como la salud, que incluye a enfermeros, médicos, fisioterapeutas y podólogos, están siendo golpeadas fuertemente por esta situación. Muchos de estos profesionales deberían estar trabajando bajo un contrato de asalariado, pero, lamentablemente, se les contrata como falsos autónomos, lo que compromete sus derechos laborales.
Además, en el ámbito educativo, se ha observado que docentes de centros privados y de empresas de formación para adultos están desempeñando su labor como autónomos, cuando en realidad deberían tener un contrato más seguro. Esta tendencia contribuye a aumentar el número de falsos autónomos en este sector también.
Consecuencias para los profesionales legales y el sistema de seguridad social
La existencia de falsos autónomos no solo afecta a los trabajadores de forma individual, sino que produce un grave perjuicio económico a aquellos que ejercen su actividad de manera legal. De hecho, este fenómeno también repercute negativamente en el sistema de cotizaciones de la Seguridad Social, poniendo en riesgo su sostenibilidad.
El fenómeno de la «glovolización» del trabajo autónomo se refiere a la tendencia creciente de clasificar a trabajadores, como repartidores y personal en la construcción, como autónomos, a pesar de que realizan funciones propias de empleados asalariados. Esta identificación incorrecta se debe, en parte, a que algunos empresarios buscan esquivar responsabilidades y cotizaciones laborales, lo que crea un entorno de precariedad.
La situación se ha agravado por la implementación de la tarifa plana para autónomos, que, aunque fue diseñada para apoyar a nuevos emprendedores, ha sido utilizada en ocasiones por algunas empresas para contratar a jóvenes bajo la falsa promesa de una carrera profesional estable. ¿Realmente resulta beneficioso este enfoque para el futuro de los jóvenes? La realidad es que muchos de ellos quedan atrapados en una inseguridad laboral que les impide disfrutar de derechos y beneficios que serían suyos si fueran considerados empleados.
Recomendaciones y la urgencia de actuar
Eduardo Abad, presidente de la organización de autónomos, ha hecho un llamado urgente al Ministerio de Trabajo y a la Agencia Tributaria para que realicen un cruce de datos. Este análisis debería enfocarse en identificar a aquellos profesionales que facturan en exclusividad o semi-exclusividad a una sola empresa. La necesidad de frenar la falsedad contractual en el colectivo es evidente, y se requiere una acción decisiva para proteger los derechos de los trabajadores.
Es esencial evaluar las prácticas actuales en la contratación de autónomos y trabajadores asalariados para crear un marco que beneficie no solo a los emprendedores, sino también a los trabajadores que merecen una estabilidad laboral y el desarrollo profesional que les corresponde.
La preocupación por el creciente número de falsos autónomos no es una cuestión menor: afecta a la economía en su totalidad y compromete la viabilidad del sistema de bienestar social que tanto necesita nuestro país. Por lo tanto, es crucial que las autoridades competentes actúen con determinación y se percaten de la magnitud de esta problemática que, si no se aborda, seguirá generando efectos devastadores en el mercado laboral español.