El entorno económico está generando inquietudes en el tejido empresarial español, especialmente para aquellas pequeñas y medianas empresas que, desde hace tiempo, enfrentan un panorama complicado. La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) ha hecho un llamado para resaltar la pérdida de 12.200 microempresas desde 2019. Esta situación no solo refleja una caída grave en la cantidad de estas iniciativas, sino que, además, el número de empresas que cuentan con uno o dos empleados ha disminuido durante 27 de los últimos 28 meses. Estas cifras son un claro indicador de que la salud del sector empresarial más pequeño está en peligro.
La preocupante evolución del empleo
A pesar de que el número total de afiliados a la Seguridad Social se mantiene en niveles récord, superiores a los 21,3 millones, Cepyme advierte que el descenso registrado en noviembre es “preocupante”. ¿Por qué? Porque el crecimiento en el sector del empleo no se ha traducido de manera sostenible a las microempresas, cuya aportación es crucial en la economía. La estructura del empleo actual no refleja una recuperación equilibrada ni una proyección positiva a corto plazo.
Este contexto invita a hacer un análisis más detallado sobre cómo se está comportando el mercado laboral en relación a las pequeñas empresas, que son las más vulnerables a los cambios bruscos en la economía. Los datos son claros: en octubre, la cifra total de empresas registradas aumentó un 0,2%, pero, al mismo tiempo, hubo un decrecimiento del 0,2% en el número de pymes que cuentan con menos de 10 empleados.
El impacto por sectores de actividad
Observando la situación por sectores, Cepyme explica que el número de empresas con empleados en la agroganadería ha descendido un 0,4%. En el caso de las microempresas, la cifra se eleva aún más, alcanzando un 0,5% de reducción. La situación en la industria es igualmente desgastante, donde se ha registrado una caída del 1,5%, con un impacto aún más severo en las microempresas, que han sufrido un descenso del 2,4%. Este fenómeno ha llevado a acumular 39 meses de caídas interanuales consecutivas, lo que resulta alarmante.
Para muchos de nosotros, estas cifras pueden parecer solo números; sin embargo, cada empresa representa trabajo, sueños y, sobre todo, la capacidad de generar ingresos que afectan directamente a nuestras vidas y comunidades. ¿Qué pasará si esta tendencia continúa? Es importante reflexionar sobre la sostenibilidad de este modelo en el futuro.
Costes laborales y burocracia en el horizonte
En este contexto, Cepyme ha mostrado su profunda preocupación por el impacto que podría tener el aumento de los costes laborales en los próximos meses. Con el diagnóstico actual, la situación de las empresas de menor tamaño puede «agravarse» si la carga fiscal y la burocrática continúan creciendo. Es un dilema constante para los pequeños empresarios, quienes deben equilibrar su capacidad de crecimiento con estas presiones externas.
La incertidumbre en el entorno normativo, tanto fiscal como laboral, pone en jaque a las pequeñas empresas. Las medidas que se implementen en estos frentes no solo influirán en su supervivencia a corto plazo, sino que también impactarán en la creación de empleo futuro y en la economía en su conjunto.
Un escenario poco alentador
El descenso en el número de microempresas y pymes es un fenómeno que no podemos pasar por alto. Se trata de una tendencia preocupante que podría tener repercusiones serias sobre el tejido empresarial español. La capacidad de adaptación y resiliencia de estos empresarios es clave, pero también lo es un entorno legislativo y económico que apoye su desarrollo.
Es fundamental que las políticas públicas se orienten a brindar el soporte necesario para que estas pequeñas empresas puedan sobrevivir y prosperar. Con la formación y recursos adecuados, se podría mitigar el impacto de la burocracia y los costes, y fomentar así la innovación y el crecimiento.
En un panorama donde las microempresas juegan un papel crucial en la economía, es vital ser conscientes de los retos que enfrentan y trabajar juntos hacia un futuro más próspero y sostenible. La capacidad de cambio está en nuestras manos, pero depende de cada uno de nosotros y de las decisiones que tomemos como sociedad.