Los ‘riders’ de Glovo han recibido una buena noticia: podrán solicitar al Estado la devolución de las cotizaciones que pagaron mientras trabajaban como «falsos autónomos». Esta revelación proviene de la abogada laboralista Eva Mirón, quien califica este cambio en el modelo laboral de la compañía como un verdadero «punto de inflexión». Sin duda, este es un momento que podría redefinir los derechos laborales en esta industria en auge.
Evaluación del nuevo modelo laboral
La contratación formal de empleados en Glovo promete traer consigo mayores garantías laborales para los ‘riders’. Según Mirón, ahora los repartidores tendrán acceso a derechos que antes les eran negados, tales como el cobro del desempleo en caso de despido y un salario regulado por convenios colectivos, en lugar de depender del capricho de la empresa. Esto no solo beneficia a los trabajadores, sino que también promete generar ingresos millonarios para las arcas del Estado al regularizar la situación de muchos repartidores.
A pesar de los beneficios, algunos ‘riders’ han expresado su preocupación. Existen «detractores» que temen que su nivel de ingresos, libertad o ritmo de trabajo se vean perjudicados con la nueva regulación. Sin embargo, Mirón insiste en que lo que ahora tienen por delante es una oportunidad para mejorar sus condiciones laborales sin la carga de asumir las cuotas a la Seguridad Social que les correspondía a los autónomos.
Acciones colectivas para la reclamación
Mirón ha hecho un llamado a los repartidores afectados para que se unan en una acción colectiva y reclamen las cotizaciones que han estado abonando a la Seguridad Social por su condición de «falsos autónomos». Esta reclamación debe dirigirse al Estado, no a Glovo. Es fundamental que los trabajadores comprendan que están en su derecho de exigir una devolución.
«Es una reclamación que se podrá tramitar frente al Estado», aclara Mirón, quien explica que Glovo tendrá que afrontar el coste de estas cotizaciones impagadas. Al mismo tiempo, el Estado tendrá que evaluar qué devolver a los trabajadores por las cuotas que han ido pagando, en lo que se considera una mala praxis de la empresa.
El contexto legal y social actual
Es interesante notar que esta situación de regularización podría ser la más amplia de este tipo en España. Mirón señala que estamos ante un escenario «muy excepcional» que, sin duda, marcará un antes y un después en la manera en que se gestionan estas relaciones laborales.
Este reciente desarrollo no ha pasado desapercibido para las autoridades. El consejero delegado de Glovo, Óscar Pierre, fue llamado a declarar como investigado en un proceso penal iniciado por la Fiscalía, que se basa en posibles delitos contra los derechos de los trabajadores, incluyendo fraudes en la contratación. Esto resalta la seriedad de la situación y la necesidad urgente de reformas en las condiciones laborales de los repartidores.
Durante su comparecencia ante la jueza, Pierre defendió la legalidad de su modelo de negocio y argumentó que la reciente transición hacia un modelo que regula a los ‘riders’ «puede parecer una estrategia de defensa». Sin embargo, destacó que el cambio se hace por el deseo de encontrar «paz social» y mejorar la relación con la administración.
Impacto en el sector de los repartidores
Los cambios que se avecinan para los ‘riders’ no solo transformarán su manera de trabajar, sino que también influirán en la manera en que se percibe este sector en su conjunto. Con el incremento de derechos, se espera que el número de trabajadores en este campo se sienta más seguro y valorado. Todo esto ocurre mientras la demanda por servicios de entrega a domicilio sigue creciendo, lo que podría beneficiar tanto a empresas como a los propios trabajadores.
Además, es posible que otros sectores sigan este ejemplo, lo que puede llevar a un movimiento más amplio hacia la regulación del trabajo en plataformas digitales. ¿Podría esto cambiar la forma en que las empresas operan en el futuro y garantizar que los derechos de los trabajadores estén más protegidos? La respuesta está por verse, pero lo que está claro es que la situación está evolucionando y los ‘riders’ están en el centro de este cambio.
Finalmente, sí, este es un momento crucial que podría definir el futuro de muchos trabajadores en la economía de plataformas. Aunque persisten temores y dudas, el hecho de que los ‘riders’ ahora tengan la opción de reclamar derechos previamente denegados es una señal de progreso en la lucha por la justicia laboral en España.