El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, se ha manifestado sobre la reciente propuesta del Gobierno para reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales, y ha dejado claro que, desde su perspectiva, la negociación colectiva es el camino adecuado para abordar este tipo de cambios.
El impacto en pequeñas empresas y autónomos
Uno de los puntos más críticos que ha señalado Garamendi es que la rebaja en la jornada laboral afectará significativamente a los autónomos y a las pequeñas empresas, especialmente aquellas con menos de cinco trabajadores. Según sus declaraciones, estos grupos ya están destruyendo empleo como resultado de las crecientes cargas de los costos laborales. La nueva medida representará un «coste prácticamente imposible» de soportar para muchas de estas empresas, subrayando sus preocupaciones sobre la sostenibilidad de sus negocios bajo estas condiciones.
El líder empresarial ha añadido que la propuesta de reducción de jornada no es solo una cuestión de costos. «Es un problema organizativo», ha enfatizado, aludiendo a los retos que representa reestructurar las operaciones y los turnos de trabajo en un tiempo tan complicado. La pregunta que muchos se hacen es: ¿pueden estas empresas permitirse una medida que podría desestabilizar sus operaciones cotidianas?
Los riesgos de la propuesta del Gobierno
Garamendi también ha criticado lo que considera una propuesta trampa por parte del Gobierno. En su opinión, afirmar que los 23.000 millones de euros necesarios para implementar esta reducción se pagarán mediante ayudas estatales carece de credibilidad. «No se cree absolutamente nadie que el Gobierno asuma el coste de la reducción de jornada», ha señalado. Esta afirmación plantea interrogantes sobre la viabilidad del proyecto y sus implicaciones económicas para el tejido empresarial español.
El líder de la CEOE ha explicado que, aunque se mencione el bien de las pequeñas empresas, lo cierto es que el daño que podría causar la reducción de la jornada es considerable. «Se pueden ahorrar las ayudas a las pymes si no haces el daño», ha afirmado, sugiriendo que la política pública debería enfocarse en evitar medidas que pudieran perjudicar a las empresas en primer lugar.
La necesidad de diálogo y negociación colectiva
El presidente de CEOE ha tenido claro que la propuesta del Gobierno debería dejarse en manos de la negociación colectiva. «Esto no es un ámbito donde el Gobierno entre y diga que esto es por ley», ha sostenido. Para Garamendi, es vital que se considere el contexto actual del mercado laboral, donde la jornada media ronda las 38,3 horas semanales, y más de un 25% de los más de 4.500 convenios colectivos actuales ya oscilan por debajo de las 37,5 horas.
El diálogo entre las partes es esencial, y Garamendi insistió en que los convenios colectivos son el espacio adecuado para tratar estos temas, donde se mezclan tanto el incremento de salarios como la reducción de horas de trabajo. «Nosotros lo que hemos planteado es que esto ha funcionado bien como consecuencia de la negociación colectiva», ha insistido, alentando un enfoque que implique a todos los actores relevantes.
La postura de CEOE frente al anteproyecto
Garamendi ha expresado su satisfacción porque la rebaja de la jornada laboral se haya presentado como un anteproyecto de ley, ya que esta forma abre un espacio para que los empresarios expongan sus preocupaciones ante los grupos políticos. «Nosotros, legítima y moderadamente, con nuestras opiniones, explicaremos a todos los grupos políticos, y digo a todos, cuál es nuestra posición», ha afirmado, dejando claro que están dispuestos a participar en el debate.
Sin embargo, el líder empresarial también ha destacado que no se trata solo de debatir sobre la rebaja de la jornada. Otros temas, como el registro horario, también están sobre la mesa, y es crucial que todas las áreas sean consideradas de manera integral. «Voy a explicar los temas y la legitimidad de cada grupo no voy a discutirla», ha manifestado.
La productividad y sus matices
Un aspecto importante que Garamendi ha querido dejar claro es la afirmación de que a menor número de horas se puede alcanzar mayor productividad. Según su análisis, aunque en algunos sectores esto podría ser cierto, en muchas otras áreas, especialmente las que involucran pequeñas empresas, la afirmación no se sostiene. «Y especialmente los pequeños, pues son los que más van a sufrir», ha insistido.
Por tanto, el impacto más negativo de la rebaja de jornada, según el líder de la CEOE, recaerá sobre los comercios locales, pequeñas empresas en entornos rurales y el sector de la hostelería. Esto refuerza su idea de que las decisiones en política laboral deben ser tomadas con un profundo conocimiento de la realidad económica de las empresas.
La postura de la CEOE es clara, y Garamendi ha destacado que en nombre de las empresas – grandes, medianas y, sobre todo, pequeñas – se opondrán firmemente al anteproyecto que busca reducir la jornada laboral. Su advertencia es directa: la negociación debería ser la vía para abordar estos temas cruciales, y no la imposición de medidas que pueden comprometer el futuro del empleo en España.