La reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, acordada recientemente entre el Gobierno y los sindicatos, generará un notable impacto en el mercado laboral español. Según datos proporcionados por la patronal de las pymes, Cepyme, se estima que el 75% del mercado laboral se verá afectado por esta medida.
El impacto en las pymes
Las pequeñas y medianas empresas, que constituyen el núcleo del tejido empresarial español, serán las más perjudicadas por esta política. Cepyme ha indicado que su menor productividad, rentabilidad y la falta de recursos organizativos las hacen más vulnerables a cambios drásticos. Este panorama se ve agravado por la escasa presencia de convenios laborales en este sector.
En este contexto, Cepyme ha destacado que la reducción de la jornada por ley implica una nueva subida de los costes laborales, uniéndose a las ya implementadas en el salario mínimo interprofesional (SMI) y en las cotizaciones sociales. Se calcula que el coste directo de esta medida alcanzará los 11.800 millones de euros.
Ramas de actividad más afectadas
El análisis de Cepyme revela que ciertos sectores experimentarán un impacto más significativo que otros. Por ejemplo, actividades como la hostelería, comercio, agroganadería y actividades profesionales resultarán particularmente afectadas, ya que se estima que el 85% de los trabajadores en estos campos ya laboran más de 37,5 horas semanales.
A lo que se suma el dato preocupante de que un 7,9% de los asalariados trabaja más de 39,5 horas, lo que equivale a aproximadamente 925.000 personas. Esta situación es notablemente común en sectores como información y telecomunicaciones, transporte, y comercio, entre otros.
Costes laborales y conflictividad
La controversia acerca de la jornada laboral se refleja también en la opinión de Cepyme, que advierte que esta reducción generará no solo un aumento de los costes laborales, sino también un riesgo de conflictividad en las plantillas. La organización subraya que la reorganización de los recursos para cumplir con esta nueva normativa podría ser compleja, especialmente en un mercado laboral que ya atraviesa dificultades por la escasez de mano de obra.
«A esta nueva subida de costes laborales se unen las dificultades para reasignar recursos y un incremento en la incertidumbre laboral. Esto se vuelve aún más problemático si la reorganización debe realizarse de forma inmediata», explican desde Cepyme.
Claridad sobre la productividad
Otro aspecto crucial que Cepyme ha señalado es la productividad en el sector de las pymes. En los últimos siete trimestres, esta ha mostrado caídas interanuales y aún no ha recuperado los niveles previos a la pandemia. A esta situación se añadirán en 2025 nuevos aumentos del SMI y de las cotizaciones sociales, lo cual continuará afectando la viabilidad económica de estas empresas.
Claramente, la capacidad de las pymes para adaptarse a la nueva jornada laboral dependerá en gran medida de su productividad. A largo plazo, esto podría generar un efecto en cadena que afecte no solo a la economía de las pymes, sino también al mercado en general.
Reflexiones finales sobre el futuro del mercado laboral
La patronal de las pymes enfatiza que la productividad debería ser un factor clave a considerar antes de implementar cambios en las condiciones de trabajo. En un contexto donde las pymes enfrentan graves retos, la reducción de jornada podría complicar aún más la ya difícil situación que atraviesan.
En resumen, la reducción a 37,5 horas semanales plantea más interrogantes que certezas, y su efecto podría dejar huella en el tejido económico del país. Con una importante parte del mercado laboral en juego y las pymes saliendo perdiendo, queda por ver cómo se materializarán estas transformaciones en el tiempo y qué medidas se adoptarán para gestionar este nuevo escenario laboral.