El gasto en pensiones públicas en España se encuentra en una trayectoria ascendente significativa. De acuerdo con estimaciones, este gasto alcanzará alrededor de 216.000 millones de euros en el año 2025, lo que representa un 12,9% del Producto Interior Bruto (PIB) del país. Esta proyección se basa en un crecimiento nominal esperado del PIB del 5,5% para el presente año.
El costo de la revalorización de pensiones
Un aspecto relevante a considerar es el costo asociado a la revalorización de las pensiones, que se estima alcanzará unos 6.703 millones de euros en 2025. La revalorización media ponderada de todas las pensiones se sitúa en un 3,34%, lo que implica un gasto adicional de 2.006,7 millones de euros por cada punto porcentual de incremento en la revalorización. Esto implica que la sostenibilidad del sistema de pensiones dependerá de un manejo cuidadoso de estos costos en los próximos años.
Aumento de la edad de jubilación
El informe más reciente relativo a las pensiones también destaca un incremento en la edad legal de jubilación, que ha pasado de 65 años a 66 años y 6 meses entre 2012 y 2024. En cuanto a la edad efectiva de jubilación, esta ha aumentado de 63,9 a 65,18 años durante el mismo período. Este cambio normativa sugiere un esfuerzo por adaptar el sistema a las nuevas realidades demográficas y económicas del país.
La Ley 21/2021, implementada en 2022 para garantizar el poder adquisitivo de las pensiones, parece haber inducido un aumento más notable en la edad efectiva de jubilación que en la legal. Esto subraya la necesidad de una revisión constante de las políticas de pensiones y sugalidad. ¿Estamos destinados a seguir viendo ajustes en estas edades en los próximos años?
Los retos del sistema de pensiones
La situación también revela que la pensión media por cada euro cotizado ha mostrado una ligera disminución. Sin embargo, el informe señala que la tendencia a largo plazo de este indicador es el aumento. Esto pone de manifiesto una necesidad urgente de modificar el diseño del sistema de pensiones para asegurar que las cotizaciones crezcan al mismo ritmo o más que las pensiones medias.
Por otro lado, el indicador de generosidad, que se mide a través de la pensión media por pensionista, ha experimentado un crecimiento del 5,2% en comparación con el año anterior, situándose en 1.390,15 euros al mes. Este aumento es un reflejo de un esfuerzo por mejorar la situación de los jubilados, pero también plantea la delicada cuestión de cómo se financiarán estas mejoras a largo plazo.
Incremento en cotizaciones y déficit contributivo
En términos de ingresos, hemos visto que las cotizaciones han crecido más que el PIB. Esto ha propiciado un aumento en el total de los ingresos contributivos sobre el PIB, que ahora se sitúa en 10,5%, lo que representa un aumento en dos décimas respecto a septiembre de 2023. Este aumento se debe, en parte, al Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) y al incremento de las bases medias de cotización en 2024.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. El déficit contributivo anual también ha subido ligeramente, situándose en 1,9% del PIB en septiembre de 2024, en comparación con el 1,83% en el mismo mes del año anterior. Esto se traduce en un déficit de 29.856 millones de euros, un aumento notable respecto a los 26.930 millones de euros del año pasado. Luego de haber anunciado en su momento que se había comenzado a superar esta situación tras la pandemia, se observa ahora un claro freno en la mejora.
Reflexionando sobre el futuro
La información presentada en el último informe elaborado por el Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social refleja una realidad compleja y en evolución. Ejemplos como el freno en la mejora del déficit, a pesar de los incrementos en ingresos y pensiones, demuestran que el sistema de pensiones se encuentra en un punto crítico donde las decisiones tomadas en los próximos años serán vitales.
Como ciudadanos y contribuyentes, es fundamental que mantengamos un diálogo abierto sobre estas cuestiones y apoyemos reformas que apunten hacia un sistema más equilibrado y sostenible. Una cosa es cierta: todos los cambios realizados ahora influirán en el bienestar financiero de futuros jubilados.