El avance en la tasa de envejecimiento de España en 2024 marca un hito significativo en la historia demográfica del país. La cifra alarmante de 142 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16 años demuestra que la situación se ha vuelto crítica, reflejando un incremento del 29,7% desde 2014. Esto plantea una necesidad urgente de cambiar la perspectiva en el mercado laboral, en especial en lo que respecta al talento sénior.
Importancia del talento sénior en el mercado laboral
Una de las cuestiones más relevantes que surgen a raíz de estos datos es la importancia de apostar por los mayores de 50 años en el ámbito laboral. Con una población activa que envejece y la disminución de jóvenes en edad de trabajar, resulta imperativo considerar a este grupo no solo como una población vulnerable, sino como una fuente valiosa de experiencia y conocimiento.
Tal como apunta el ‘Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo’, existen otras realidades que no debemos pasar por alto. La necesidad de un relevo generacional implica también mirar hacia perfiles como las personas desempleadas de larga duración, aquellos con discapacidad y la población migrante. ¿No es hora de que cada rincón de nuestra sociedad reconozca el valor de todas las personas, independientemente de su edad o condición?
El director general de la Fundación ha manifestado que actualmente enfrentamos una realidad que no es solo un reto futuro, sino una urgencia presente. Cada año que pasa, hay menos jóvenes dispuestos a introducirse en el mercado laboral. Por esta razón, es esencial que las empresas y el gobierno trabajen en estrategias que fomenten la inclusión de personas mayores.
Un crecimiento inesperado en la tasa de envejecimiento
La tasa de envejecimiento de 2024 no solo ha alcanzado cifras históricas, sino que también ha experimentado un aumento notable de 5 puntos porcentuales en comparación con el año anterior, que se situó en 137,3%. Este marcaje no solo es un número, sino que implica profundas repercusiones sociales y económicas. ¿Qué significa para nuestra economía tener una población que envejece a un ritmo tan acelerado?
Las decisiones que se tomen en los próximos años serán cruciales para poder gestionar este cambio demográfico. Las empresas y el gobierno deben unirse en la búsqueda de soluciones innovadoras que permitan integrar a los mayores de 50 en el mercado laboral y así fortalecer la economía que enfrentamos.
Desigualdad regional en el envejecimiento
Por si fuera poco, observamos que el fenómeno del envejecimiento no es homogéneo a nivel nacional. Asturias se sitúa liderando el ranking de envejecimiento con sobresalientes 257 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Este es un dato que refleja cómo algunas comunidades están sufriendo esta transformación demográfica de manera más pronunciada.
Apenas a la sombra de Asturias se encuentran Galicia (224,3%) y Castilla y León (223,8%), donde también se supera el doble de la población mayor con respecto a la más joven. Estas regiones tienen que hacer frente a un desafío considerable: ¿cómo se adaptarán para enfrentar el futuro con esta estructura poblacional tan marcada?
Por el contrario, hay regiones como Ceuta (69%), Melilla (56%) y Murcia (98%) que aún presentan una mayor proporción de jóvenes, lo que se traduce en un contexto diferente. Sin embargo, aunque estas áreas disfrutan de números más alentadores en términos de población joven, el tiempo corre y las tendencias demográficas suelen ser inexorables.
El camino a seguir ante el envejecimiento
Con estos datos en la mente, surge la pregunta: ¿qué acciones se pueden tomar para abordar el envejecimiento demográfico? La respuesta no es sencilla, pero comienza con un compromiso a largo plazo tanto por parte del sector privado como del público. Se necesitan políticas que fomenten la contratación de mayores de 50 años y que trabajen en la mejora de su empleabilidad.
A medida que continuamos viendo el envejecimiento de nuestra sociedad, debemos recordar que cada persona en el mercado laboral aporta un conjunto único de habilidades y perspectivas valiosas. Integrar a los mayores en el mundo del trabajo no solo se trata de economía, sino también de justicia social y de construir una sociedad más diversa y rica en experiencias.
Con un panorama tan desafiante como el que se presenta, es innegable que se hace urgente tomar decisiones que enfoquen sus esfuerzos hacia un futuro más sostenible y equitativo. La adaptación al cambio y la creación de oportunidades para todos son esenciales en estos tiempos inciertos. Al final, el bienestar de nuestra economía y sociedad depende de la inclusión de las voces de todos, en especial aquellas que han vivido más experiencias.