El presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, ha expresado su preocupación por la diferencia de opiniones entre los Ministerios de Economía y de Trabajo, advirtiendo sobre las posibles consecuencias de ignorar el diálogo social. Cuerva sostiene que la falta de consenso puede llevar a decisiones que no consideren la situación real de las empresas y de los trabajadores en el país. «Me preocupa que se orille de alguna manera el diálogo social», ha manifestado.
Preocupaciones sobre el salario mínimo interprofesional
Las recientes propuestas para aumentar el salario mínimo interprofesional (SMI) en 50 euros al mes, lo que llevaría el SMI a 1.184 euros por catorce pagas, han generado críticas por su falta de consideración hacia las particularidades de los diferentes sectores y territorios. Cuerva señala que, en los últimos años, el SMI ha experimentado un incremento de más del 80%, lo que se traduce en desafíos significativos para varios sectores económicos, especialmente la agricultura, que atraviesa sus tasas de empleo más bajas en 25 años.
Cuerva enfatiza la importancia de una negociación colectiva efectiva para abordar estos temas, aclarando que aunque el SMI es competencia del Gobierno, cualquier aumento tendrá un efecto inmediato en los costes para las empresas. «Esa subida se traducirá en un coste salarial de 80 euros para la empresa», ha explicado, añadiendo que deben ser consideradas la viabilidad y la capacidad de las empresas antes de implementar cambios drásticos.
La necesidad del diálogo social
En un contexto donde se discute la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, Cuerva coincide con el Ministerio de Economía en la importancia de la negociación colectiva. En lugar de apresurarse a establecer nuevas normativas, argumenta que es esencial escuchar a los actores principales: empresarios y sindicatos. «¿Por qué no dejar que los que conocen el sector tomen la decisión adecuada?», se pregunta Cuerva, quien defiende que la solución debe nacer de un amplio consenso y no de medidas consideras meramente populistas.
El presidente de Cepyme ha utilizado un tono enfático para recalcar que los acuerdos alcanzados en los últimos 45 años, gracias a la negociación colectiva, forman la base sobre la cual se debe construir cualquier nueva medida. «La jornada laboral es uno de los pilares que hemos negociado durante décadas», ha subrayado.
El papel de la negociación colectiva
Cuerva argumenta que la negociación colectiva ha sido fundamental para adaptar la jornada laboral a las necesidades específicas de cada sector y territorio. «Durante años, hemos coexistido los empresarios y sindicatos, acordando lo que es mejor para ambos», ha afirmado. Este proceso de diálogo ha permitido que las condiciones laborales reflejen las realidades del mercado, algo que, según él, no debe ser olvidado.
Con el avance de propuestas que podrían alterar el equilibrio alcanzado, Cuerva insiste en dejar espacio para que los representantes de los trabajadores y de las empresas sigan negociando. Plantea que, en la actualidad, los cambios deben ser el resultado de un extenso debate y no de decisiones unilaterales que ignoren la experiencia acumulada en la negociación laboral.
Retos en la situación económica actual
El presidente de Cepyme también quiso abordar la situación más amplia de la economía española. A medida que el Gobierno considera nuevas medidas, Cuerva sostiene que «es crucial entender cómo está el sistema económico nacional y europeo». En este sentido, reconoce que otros factores, como la productividad, deben tenerse en cuenta a la hora de discutir aumentos salariales o reducciones de jornada. «Aquí hablamos de la competitividad de las empresas y del país en general», ha añadido.
En su intervención, también mencionó que cada sector presenta particularidades que no siempre son tenidas en cuenta en el formular políticas. «Cada vez que discutimos sobre subidas salariales, debemos recordar que hay que analizar cómo está la situación económica y cómo pueden responder las empresas», ha reflexionado.
Cuerva concluyó su discurso dejando una clara advertencia sobre la necesidad de mantener un diálogo abierto y constructivo entre las partes implicadas. Para él, no es suficiente que se presenten propuestas, sino que estas deben nacer del consenso y de una comprensión profunda de la realidad económica. «Hay muchísimos sectores que no pueden ya con la subida del SMI», finalizó, reafirmando su compromiso con la negociación social y la estabilidad laboral.