El pasado miércoles, el Ministerio de Trabajo presentó su propuesta para el incremento del salario mínimo interprofesional (SMI) en 2025, con un aumento anual del 4,4%, lo que se traduce en 50 euros más al mes, llevando el salario a 1.184 euros mensuales por 14 pagas. Esta modificación afectará a alrededor de 2,5 millones de trabajadores que actualmente perciben el SMI de 1.134 euros vigentes en 2024.
Cierre de negociaciones y posiciones de los actores
El Ministerio de Trabajo, esta semana, buscará un «acuerdo definitivo» en la reunión programada para la tarde del día 22. Durante esa jornada, la confederación española de organizaciones empresariales (CEOE) también se reunirá con su comité y junta directiva, lo que pone de relieve la importancia de alinearse con las exigencias del trabajo y los sindicatos.
A pesar de la propuesta de incremento, existe un contexto de divergencias. Los sindicatos consideran que la propuesta presentada no logra alcanzar el 60% del salario medio, como estipula la Carta Social Europea. Por su parte, los empresarios ven la subida como «inasumible», especialmente para las pequeñas y medianas empresas (pymes).
Divergencias entre sindicatos y empresarios
Los sindicatos CCOO y UGT han manifestado su postura, abogando por un incremento aún mayor, entre el 5% y el 6%, que situaría el SMI en aproximadamente 1.200 euros mensuales. Al mismo tiempo, han planteado la necesidad de aclarar luego la fiscalidad del SMI, especialmente si la nueva cuantía quedará exenta de tributar en el IRPF, un detalle que el Ministerio de Hacienda aún no ha precisado.
Unai Sordo, secretario general de CCOO, ha indicado que aunque su sindicato no demoniza la posibilidad de que el SMI esté sujeto a tributación, el objetivo de 1.200 euros corresponde a un enfoque prudente: «más vale prevenir que curar». De esta manera, se asegura que quienes perciban el SMI recibirán en sus nóminas un importe que refleje el 60% del salario medio neto.
Reacciones del Gobierno y la propuesta ministerial
Por su parte, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha manifestado que ve «margen para un acuerdo» y ha hecho un llamado a sindicatos y empresarios a tener «altura de miras». Este gesto, según ella, es fundamental para «dar una buena noticia» a los trabajadores.
Desde el Ministerio de Economía, la propuesta de Trabajo no genera descontento, lo que evidencia una relación más alineada entre las distintas carteras. Aunque las posiciones no son completamente homogéneas, el incremento propuesto por el Ministerio ha sido considerado «cómodo» por el ministro de Economía, Carlos Cuerpo.
Un contexto de subidas anteriores y faltas de consenso
El recorrido del SMI en los últimos años ha visto importantes incrementos, pero, curiosamente, sin el respaldo de la patronal. El aumento de 2024 del 5% hasta los 1.134 euros fue acordado únicamente con CCOO y UGT, ya que CEOE y Cepyme consideraron que no se habían atendido sus demandas, como la indexación del SMI a los contratos públicos y bonificaciones específicas para el sector agrícola.
Este patrón de desacuerdo se repite también en aumentos anteriores; por ejemplo, la subida del 8% en 2023 y otras del 2022 y 2021 se acordaron sin la participación de la patronal. A pesar de algunos desacuerdos, CEOE y Cepyme respaldaron el aumento de 2020, que elevó el SMI de 900 a 950 euros mensuales.
Costes para las empresas y proyecciones futuras
De acuerdo con Cepyme, la elevación del SMI a 1.184 euros al mes acarreará un coste salarial significativo para las empresas, especialmente en lo que respecta a las cotizaciones sociales y el Mecanismo de Equidad Intergeneracional. Se estima que el nuevo SMI podría llevar el coste salarial de las empresas a un rango de entre 1.816 y 1.903 euros mensuales, dependiendo del tipo de cotización.
En resumen, mientras el Ministerio de Trabajo parece dispuesto a avanzar en las negociaciones, las tensiones entre los demandas de los sindicatos y las preocupaciones de los empresarios reflejan un escenario complejo que, en última instancia, será crucial para definir el futuro del SMI en 2025. La historia reciente muestra que conciliar intereses entre todos los actores involucrados sigue siendo un gran reto.