El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha emitido un aviso claro: su sindicato no aceptará una propuesta de subida del 3% del salario mínimo interprofesional (SMI) si es que la CEOE la presenta. Este porcentaje, que coincide con las recomendaciones salariales establecidas en el acuerdo de convenios firmado entre los sindicatos y la patronal, no colma las expectativas de CCOO. Sordo ha enfatizado que “si esa es la propuesta de CEOE, a CCOO no le va a servir”. Ante esta postura, surge la pregunta: ¿cuáles son las expectativas reales que tienen los sindicatos sobre el SMI en este entorno económico actual?
Demandas de CCOO para el SMI
Dentro del marco de negociaciones, Sordo también ha dejado claro que la propuesta del Ministerio de Trabajo de aumentar el SMI un 4,4% para el año 2025, elevándolo a 1.184 euros mensuales por catorce pagas, es considerada insuficiente. En este sentido, recuerda que los sindicatos están abogando por un incremento hasta los 1.200 euros mensuales. La diferencia de 16 euros puede parecer mínima, pero refleja una postura contundente respecto a los salarios en un contexto donde el coste de vida también está en aumento.
Aún más, hay preocupaciones sobre cómo se aplicará la subida del SMI en términos fiscales. ¿Se colocará por debajo del mínimo exento del IRPF? Esta cuestión es preocupante para muchos trabajadores, ya que una subida del SMI podría no traducirse en un incremento real en sus nóminas mensuales. Por eso, Sordo ha subrayado la importancia de “desentrañar” cómo se manejará este tratamiento fiscal en relación con la propuesta de incremento salarial.
Modificación del decreto del SMI
Unai Sordo ha dejado clara otra demanda relevante: la modificación del decreto que regula el SMI. Para CCOO, es esencial que el Gobierno asuma un compromiso tangible que asegure que los conceptos salariales, pluses y otros complementos no absorban la subida del SMI. ¿Qué significa esto realmente? En la práctica, hay ocasiones en que, al aumentar el SMI, otros complementos salariales se ajustan de tal manera que los trabajadores siguen recibiendo las mismas cantidades a fin de mes. Por tanto, Sordo ha afirmado que sin un cambio real en el decreto, es “perfectamente posible” que no haya un acuerdo sobre el SMI.
El fuerte compromiso del sindicato se hace evidente en las palabras de Sordo, quien pone sobre la mesa que la posibilidad de alcanzar un acuerdo dependerá directamente de cómo se atiendan estas demandas. Además, subraya que es necesario establecer mecanismos que realmente beneficien a los trabajadores, en lugar de mantener un statu quo que no favorece a la clase laboral.
Impacto de la jornada laboral en las empresas
Respecto a las preocupaciones expresadas por algunos sectores empresariales en relación con la posible reducción de la jornada laboral, Sordo ha defendido que las empresas deben buscar la rentabilidad a través de métodos que no impliquen “salarios de miseria” o “jornadas laborales extenuantes”. Su afirmación invita a la reflexión: ¿deben las empresas realmente depender de condiciones laborales poco éticas para mantenerse a flote?
De acuerdo con Sordo, si un negocio no puede sostenerse con salarios adecuados y unas condiciones de trabajo dignas, es un claro indicativo de que no tiene futuro. En este contexto, la dignidad laboral se convierte en un principio que no se debe negociar. Además, él ha señalado que, en su opinión, un enfoque empresarial viable y sostenible debería centrarse en el bienestar de sus trabajadores y no en prácticas que puedan ser consideradas como “semiesclavitud”.
El futuro del SMI en el diálogo con el Gobierno
Al finalizar su intervención, Sordo ha reafirmado la importancia de un diálogo constructivo entre el Gobierno y los sindicatos en temas laborales. La impresión abrumadora es que existe un largo camino por recorrer para que ambas partes lleguen a un acuerdo que se alinee con las expectativas de CCOO. La cifra de 1.200 euros mensuales y la modificación del actual decreto del SMI son solo algunos de los puntos críticos que, según él, requieren atención inmediata.
De este modo, queda claro que el futuro de la regulación del SMI está en juego y que la falta de consenso podría poner en jaque la mejora de las condiciones laborales en el país. Por lo tanto, todos los ojos están puestos en las próximas negociaciones y en los anuncios del Gobierno, que han de ser decisivos para abordar estas inquietudes. Mientras tanto, la incertidumbre persiste y los trabajadores continúan esperando respuestas que den respuesta a sus legítimas demandas tanto salariales como laborales.