La tasa de empleo en España se ha estabilizado en un 52% en términos desestacionalizados, una cifra que, aunque parece equilibrada, continúa lejos de los niveles alcanzados en 2007, donde se registró un 54%. Un factor que impacta en esta situación es el envejecimiento poblacional, que ha limitado la recuperación del empleo, impidiendo que se alcancen los máximos previos a la crisis. Si observáramos el mismo grupo de edad que había en 2007, la tasa de empleo sería 2,8 puntos mayor actualmente.
La reforma laboral estabiliza sus efectos
Resulta interesante observar cómo la reforma laboral que se implementó hace más de dos años ha logrado estabilizar sus efectos en el mercado laboral. Según los últimos datos, la tasa de temporalidad solo ha disminuido un 1% en el periodo 2023-2024, lo cual es significativo, pero no decisivo.
Los contratos indefinidos han crecido notablemente, un 25% más que en el último trimestre de 2019, mientras que los contratos temporales han visto una caída del 32% en el mismo periodo. No obstante, el número de trabajadores fijos discontinuos sigue aumentando, aunque persisten diferencias en los datos obtenidos de distintas fuentes.
Este escenario sugiere un avance hacia la estabilidad laboral, pero también plantea preguntas sobre cómo se quita el peso del desempleo y las diferencias entre el paro efectivo y el registrado, las cuales se han ampliado. Además, la tasa de rotación del desempleo comienza a estabilizarse tras su notable reducción inicial.
Descenso de horas trabajadas y aumento de empleo
Un aspecto preocupante del mercado laboral actual es la disminución de las horas trabajadas por persona ocupada. A pesar de que la creación de empleo ha continuado, el número de horas trabajadas ha caído. Este fenómeno se debe, en parte, a un creciente número de bajas por enfermedad e incapacidad, además de un aumento en los permisos y vacaciones, que han llevado a un 4,9% de empleados que no trabajaron durante la semana de referencia de la Encuesta de Población Activa, alcanzando así un máximo histórico fuera de la pandemia.
Marcel Jansen, investigador asociado, ha comentado que «la incidencia creciente de las bajas por enfermedad y el aumento de permisos están afectando la productividad laboral». La tasa de parcialidad, que ha subido a 13,4%, también es un factor relevante que contribuye a este descenso. Curiosamente, alrededor de 1,64 millones de trabajadores desean aumentar su carga horaria, lo que indica una oportunidad para el crecimiento del empleo.
Crecimiento del empleo entre los jóvenes y extranjeros
Al examinar la creación de empleo en el tercer trimestre, el informe destaca que la misma se concentró principalmente en la población de nacionalidad extranjera y en jóvenes españoles menores de 25 años, quienes explican las ganancias de empleo durante los meses de verano. La población española entre 25 y 44 años, en cambio, aún no ha logrado recuperarse a los niveles prepandemia.
En el periodo estival, la tasa de desempleo experimentó una ligera bajada, incluso con la resistencia de desempleados de larga duración, que siguen representando más del 40% del total. A pesar de estas cifras, la creación de empleo ha contribuido a la reducción de la tasa de paro y otros indicadores de infrautilización de la mano de obra.
Indicadores económicos mixtos, pero crecimiento esperado
Los últimos datos de la afiliación a la Seguridad Social muestran que el crecimiento en el tercer trimestre se movería entre un 0,4% y un 1%. Sin embargo, los registros de afiliación en octubre y noviembre sugieren un leve repunte del empleo, estimando un crecimiento medio del 0,5% para el cuarto trimestre.
A pesar de las señales positivas, el impacto de eventos climáticos extremos, como la reciente DANA, ha sido visible en algunos datos, particularmente en la provincia de Valencia, donde la afiliación creció menos de lo anticipado. Mientras se esperaba un incremento del 1,4% en términos brutos, el resultado fue solo de 1,1%.
Perspectivas de productividad y crecimiento salarial
El informe también revela que, a pesar de la caída en horas trabajadas, la productividad por hora se incrementó un 0,7%, alcanzando su nivel más alto en cuatro trimestres. Sin embargo, el crecimiento trimestral de la productividad por persona ocupada se desaceleró, ubicándose en un 0,2% debido a la reducción en el tiempo de trabajo.
En cuanto a la remuneración, el crecimiento se ha moderado, aunque ha acelerado su ritmo por hora, contribuyendo al aumento de precios y al diferencial de crecimiento entre salarios y productividad, lo que explica el incremento del deflactor del PIB durante el tercer trimestre. Sin lugar a dudas, este contexto nos invita a reflexionar sobre la salud y la dirección del empleo en España.