El despliegue del nuevo sistema de cotización de autónomos en función de sus ingresos reales continuará su desarrollo en 2025. Este sistema, que fue acordado con las principales organizaciones de autónomos, establece que los trabajadores por cuenta propia que coticen por la base mínima pagarán a la Seguridad Social cuotas mensuales que irán desde los 200 a los 590 euros, dependiendo de sus rendimientos netos.
Cuotas para 2025: bajan en los tramos de menores ingresos
A partir de 2025, los autónomos de los tramos con menores ingresos disfrutarán de una disminución en su cuota mensual en comparación con lo que han abonado este año. En concreto, aquellos que coticen por la base mínima y cuyos rendimientos netos se sitúen entre menos de 670 euros al mes y los 1.700 euros pagarán una cantidad que oscilará entre 200 y 294 euros.
Estos tramos corresponden a los seis primeros niveles del nuevo sistema, que son los que, en principio, tendrán una mayor reducción de sus obligaciones hacia la Seguridad Social. A medida que aumenten los rendimientos, también lo harán las cotizaciones, siendo para aquellos autónomos que registren rendimientos netos superiores a 1.700 euros las cuotas más elevadas, que irán de 350 a 590 euros mensuales.
Dentro de este marco, es importante destacar que los dos únicos tramos que mantendrán una cuota mínima en 2025 igual a la de 2024 y 2023, que es de 294 euros al mes, son los que abarcan rendimientos netos de entre 1.300 y 1.700 euros.
Consideraciones sobre la regularización y ajustes
De acuerdo con el nuevo sistema, los autónomos deberán informar a la Seguridad Social sobre su previsión de ingresos para el año. Sin embargo, lo interesante de este sistema es que podrán ajustar su cotización hasta seis veces durante el ejercicio si sus ingresos experimentan variaciones importantes. Al final del año fiscal, cuando se conozcan los rendimientos netos anuales, se procederá a regularizar las cotizaciones, pudiendo devolverse o reclamarse cuotas si la cifra final está por debajo o por encima de lo estipulado originalmente.
Además, los rendimientos netos se calcularán deduciendo todos los gastos necesarios para la actividad que realiza el autónomo. Sobre esta cantidad, se aplicará una deducción adicional por gastos genéricos del 7% (3% en el caso de los autónomos societarios), lo que dará como resultado la base de cotización y la cuota correspondiente.
Y a estas cuotas habrá que sumar la subida del MEI
En 2025, también habrá un incremento en la sobrecotización del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que se destina a alimentar el Fondo de Reserva de las pensiones. Para este nuevo año, la cotización del MEI ascenderá al 0,8%, en comparación con el 0,7% que se aplica actualmente, aplicándose tanto a autónomos como asalariados, independientemente del importe de sus salarios.
Desglosando más detalles, de esta cotización del 0,8%, los empresarios asumirán el 0,67% y los trabajadores el 0,13% restante. Esta subida del MEI se une a los cambios que se están implementando en el sistema de cotización, lo cual es un aspecto a considerar para todos aquellos que trabajan por cuenta propia.
Impacto del nuevo sistema de cotización
El nuevo sistema de cotización, que comenzó a implementarse a principios de 2023, tiene un periodo de transición de nueve años, que culminará en 2032. Es interesante observar que según las estimaciones de la Seguridad Social, alrededor de uno de cada dos autónomos tendrá una cuota más baja que la que paga actualmente debido a este nuevo esquema. Sin embargo, un 25% de los autónomos cotizarán más, mientras que otro 25% verá una disminución en sus obligaciones.
Además, los autónomos que inicien un negocio durante 2025 podrán beneficiarse de la ‘tarifa plana’ de 80 euros mensuales durante el primer año de actividad, un incentivo que resulta atractivo para estimular el emprendimiento en un contexto de cambios normativos.
Por último, es importante señalar que desde este año, todas aquellas personas que hayan estado dadas de alta como autónomos, aunque solo haya sido un día, están obligadas a hacer de manera obligatoria la declaración de la Renta. Antes de la entrada en vigor del nuevo sistema, solo estaban obligados los autónomos que en el año previo hubieran tenido ingresos superiores a los 1.000 euros. Este cambio implica una mayor carga administrativa y fiscal para muchos trabajadores por cuenta propia.