Los números son alarmantes. En los primeros nueve meses de este año, un total de 573 trabajadores ha perdido la vida en accidentes laborales, lo que representa un incremento de 49 fallecidos comparado con el mismo periodo del año anterior. Al analizar estos datos, se puede observar que este aumento corresponde a un preocupante 9,4%, lo que nos lleva a reflexionar sobre la seguridad en los entornos laborales.
Accidentes en jornada laboral y ‘in itínere’
Un desglose más profundo de estos incidentes revela que los accidentes mortales ocurridos durante la jornada de trabajo aumentaron en un 8,1%, alcanzando un total de 466 fallecidos. En este contexto, el sector servicios se posiciona como el más afectado. 239 trabajadores perdieron la vida en este ámbito, lo que supone un incremento del 17,2% respecto al año anterior.
Los accidentes ‘in itínere’ también reflejan un trend preocupante. Se ha registrado un aumento del 15,1%, lo que se traduce en 107 fallecidos, 14 más que en el mismo periodo de 2023. Este dato es especialmente preocupante, ya que apunta a que cada vez más personas se ven involucradas en tragedias en su trayecto hacia el trabajo.
Las causas de los accidentes mortales
Es importante entender qué está detrás de estas trágicas cifras. Según los datos, la principal causa de los accidentes laborales mortales se relaciona con los problemas de salud, como infartos y derrames cerebrales. Además, se incluyen situaciones de atrapamientos, amputaciones, caídas y accidentes de tráfico, que parecen estar en aumento.
A pesar de la creciente preocupación en el sector, existe una luz positiva en algunos ámbitos. Por ejemplo, la agricultura ha mostrado una tendencia a la baja, con 44 fallecidos, lo que representa 13 muertes menos que en el mismo periodo de 2023, disminuyendo en un 22,8%. Esto podría sugerir que ciertas medidas de seguridad están comenzando a tener un efecto.
Impacto en diferentes sectores
Cuando analizamos sector por sector, en la construcción también ha habido un incremento en las muertes. Este sector ha registrado 104 fallecidos en lo que va del año, un aumento de 12 muertes a comparación del año anterior (+13%). Por otro lado, la industria también experimentó un ligero aumento al contabilizar 79 muertos, aunque el incremento en este caso es más moderado, sólo uno más que en el mismo periodo de 2023 (+1,3%).
Aun así, el desglose por sectores nos permite vislumbrar dónde se necesita una atención más urgente. La situación en el sector servicios es alarmante y debe ser objeto de análisis, ya que concentra la mayor parte de las fatalidades.
Accidentes laborales y trabajadores autónomos
La realidad de los trabajadores autónomos también es significativa. De los 573 fallecimientos en accidentes laborales, 46 correspondieron a autónomos. Aunque se registró una reducción de seis fatalidades respecto al año pasado (-11,5%), es fundamental no olvidar que cada vida cuenta.
De estos 46 autónomos fallecidos, 42 murieron en su lugar de trabajo y cuatro durante el trayecto hacia él. Esto pone de manifiesto la necesidad de que tanto autónomos como empleadores tomen más medidas proactivas para prevenir accidentes. En total, los trabajadores por cuenta propia registraron 24.529 accidentes laborales con baja hasta septiembre, lo que representa una disminución del 4,9% comparando con el mismo periodo del 2023. Sin embargo, estas cifras pueden aún ocultar un sufrimiento significativo.
Accidentes graves y sus implicaciones
Al observar los accidentes con baja laboral, se ha notado una ligera disminución del 0,2% hasta septiembre, con un total de 467.318 siniestros reportados. De estos, 403.211 se registraron en el centro de trabajo, lo que representa un decrecimiento del 0,6%. Sin embargo, los accidentes ‘in itínere’ han aumentado en un 2,8%, señalando que las trayectorias hacia y desde el trabajo continúan siendo un área de preocupación.
Los datos sobre accidentes graves en jornada laboral también son preocupantes. Hasta septiembre, se reportaron 2.835 accidentes graves, lo que representa un aumento del 2%. Por su parte, los siniestros ‘in itínere’ clasificados como graves se incrementaron notablemente, alcanzando hasta los 790, lo que equivale a un asombroso 14% más que el año anterior.
Reflexiones finales
A medida que los datos se siguen recopilando y analizando, queda claro que la seguridad laboral sigue siendo un reto crucial. Las lecciones que se pueden extraer de estas cifras no solo deben impulsar cambios en las políticas de seguridad, sino que también deben incentivar un cambio cultural en torno a cómo percibimos la prevención de riesgos en el trabajo. Como sociedad, es fundamental que continuemos preguntándonos qué más podemos hacer para proteger a quienes laboran y asegurar que regresen a casa sanos y salvos al final de cada jornada.