El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, se encuentra en el centro del debate acerca del salario mínimo interprofesional (SMI) para el año 2025. En una reciente rueda de prensa, el líder sindical dejó claro que no hay un acuerdo definitivo sobre el porcentaje que se establecerá para el SMI, aunque desde el sindicato ya se anticipa que pedirán «más de un 4%». Pero, ¿es suficiente esta propuesta ante las demandas de los trabajadores?
Expectativas de aumento del SMI
Álvarez mostró su firmeza al afirmar que están proyectando un aumento que oscilaría entre el 5% y el 6%. Esta cifra se debate en el marco de una nueva mesa de negociación que se abrirá en los próximos días, siguiendo las indicaciones del secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey. Por tanto, se espera un clima de diálogo en el que se planteen diversas líneas de actuación.
En esta misma línea, el líder de UGT también mencionó otras cuestiones relevantes que estarán sobre la mesa. Una de ellas es el reconocimiento de un plus que se establece en varios convenios colectivos, especialmente teniendo en cuenta las particularidades de las Islas Baleares, Ceuta y Melilla. Este tipo de consideraciones son fundamentales, ya que el salario mínimo interprofesional impacta en un amplio número de convenios que ya han estado alineados con el SMI desde el año pasado.
La posición de CEOE y dudas en la negociación
Sin embargo, el panorama no es del todo optimista. Álvarez reconoció que no han mantenido comunicación efectiva con la CEOE respecto a este nuevo incremento del SMI. De hecho, la patronal ha dejado claro que no está dispuesta a avanzar en la Carta Social Europea ni a asegurar que el salario mínimo se mantenga en un 60% del salario medio. Este contexto sugiere que no habrá una disposición favorable por parte de CEOE para un incremento significativo del SMI, lo que plantea un interrogante: ¿cómo se logrará un acuerdo?
A medida que se acerca la mesa de negociación, estas diferencias se van agudizando. Para UGT, es crucial que el grupo de expertos a cargo de asesorar al Gobierno defina con claridad qué instrumentos y estadísticas se deben utilizar para calcular el salario medio. Esto es un punto vital, ya que para cumplir con los objetivos de aumentar el SMI a un nivel acorde con el 60% del salario medio, es necesario partir de una base de datos confiable y bien fundamentada.
Impacto de la subida del SMI en los convenios
La posible subida del SMI va a generar un efecto colateral importante en los salarios de varios convenios colectivos que ya se encuentran en la frontera del SMI. Álvarez enfatizó que, en el momento en que se establezca el nuevo SMI, los salarios deberán ser revisados hacia arriba, asegurando así que se mantenga el poder adquisitivo de los trabajadores.
Además, la clave de la negociación radica también en la metodología para calcular los pluses y beneficios adicionales que se contemplan en varios convenios. Las consideraciones acerca de si estos elementos van a ser incluidos dentro del salario mínimo es un aspecto que UGT quiere que se defina con claridad. Se trata de una situación donde cada detalle cuenta y puede hacer una gran diferencia para miles de trabajadores.
Perspectivas del Gobierno y el futuro del SMI
Con todo esto sobre la mesa, se deduce que el Gobierno tiene una tarea complicada por delante. Si realmente desea avanzar hacia el objetivo de un SMI más elevado, deberá hacer frente no solo a las posturas de la patronal, sino a las expectativas de los sindicatos y los trabajadores. «Si el Gobierno tiene el objetivo, tendrá que seguir adelante”, dice Álvarez, dejando clara la posición del sindicato.
En este contexto, la lucha por alcanzar un salario digno no está exenta de desafíos. A medida que se aproximan las negociaciones, la presión aumenta tanto sobre el Gobierno como sobre las organizaciones patronales. Las expectativas son altas, pero también la incertidumbre. ¿Cómo responderán ambos lados ante las necesidades y demandas de la población trabajadora?
Lo que está claro es que la discusión sobre el SMI se vuelve cada vez más crucial y que los acuerdos que se logren tendrán un impacto directo en el bienestar de millones de trabajadores en el país.